miércoles, 26 de diciembre de 2007

A cuento de qué

- Perdone, ¿la blogosfera es aquí?
- Sí, dígame.
- Tengo ahí fuera la furgoneta con los tres hectogramos de merengue de fresas con miel.
- Déjelos en la entrada, ¿cuánto le debo?
- Nada, este servicio es gratuito.
- Estupendo, estupendo. Acepte al menos como propina el mínimo de pudor que nos quedaba.
- Encantado.
- Adiós.
- Adiós.

sábado, 22 de diciembre de 2007

Azúcar al vapor

- Algodoncito dulce...
- Dime, misifú.
- ¿Me quieres?
- Claro, alpargatita suavecica mía.
- ¿Sí?
- Sí, nubecita de amor.
- ¿Cuánto?
- 200 kilos y una morsa.
- ¿Tanto?
- Y un poquito más, cucuruchito de almíbar.
- Pues pásame el tocino.
- Toma.

Cualquier parecido con la realidad bloguera es meramente intencionado.

viernes, 21 de diciembre de 2007

Extractos intestinales

"Después de mucho pensar, creo que al final voy a estudiar filología árabe. Mis padres no quieren, pero yo sí. Lo he decidido y cuento con el apoyo de mi chumichurri (tqm) y me lanzo a la piscina. Ya iba siendo hora de hacer algo que realmente YO quiero.

Ayer cocí una patata (ghw) y me puse a llorar pensando en los boniatos que se quedaron (vszz) a medio hacer. Ya me entendéis. Sobre todo tú, chumichurri (uhht).

Es muy difícil vivir así, con la mente de un tubérculo atrapada en el cuerpo de un hombre. Lloro por las noches, y las lágrimas no me dejan ver las estrellas (trbv). Mi chumichurri llegó anoche tarde y yo aguardaba como siempre, con un alfajor en el abdomen. Le susurré que tenía algo que decirle y se alegró tanto que me cocinó mi plato favorito: el plato hondo. No sé qué sería de mí sin ella, aunque no le guste que la llame birria humana y me haya dado cuenta de que es un hombre disfrazado de yegua".

jueves, 20 de diciembre de 2007

El futuro aguarda ya

Nada. En el blog no se escribía nada. En el blog se bordaban telas, se preparaban helados elaborados en su totalidad por orondas pastoras holandesas, y deliciosas mentiras eran recitadas con un primor finísimo desde este mismo lugar. "¡Por ahí van los podcast más asombrosos de la blogosfera!!!", jadeaba la chusma a nuestro paso, trote e incluso galope.

Quizá penséis que ésta es una actitud suficientemente ofensiva como para que los troles, siempre en tropel, se manifestaran totalmente encrespados -ya los conocéis- frente a nuestros ojos, demandando lo que no era suyo. Tenían todo el derecho y el envés a hacerlo, cierto. Fue entonces cuando Leonard tuvo la idea definitiva, ésa que cambió de una vez por todas el destino de nuestro blog.

Pero no, no voy a dejar este post en suspense para que venga él a desvelar la solución. Basta de pamplinas, Leonard. Es tiempo ya de comenzar a hacer lo que hemos venido a hacer.

Y todos sabéis a lo que no me estoy refiriendo.

lunes, 17 de diciembre de 2007

Detrás de los visillos

Se abre el telón y aparezco yo explicándoos por qué tuvimos que cerrar el otro blog. Se cierra el telón. Aplausos.

Esa obra de teatro, denominada "Libros transversales", tuvo muchísimo éxito en los Países Bajos, sobre todo en el más exterior de los cuatro.

Efectivamente, Peter y Leonard tenían un blog. Un blog que les reportó dinero y beneficios. Eso fue hace muchos años, cuando sólo podían permitirse tener blogs algunos ricos terratenientes extremeños. La verdad es que todo iba bien. Una entrada por día, visitas numerosas y un grupo de gruppies que nos comentaban sin escrúpulos.

Pero ahí entro el drama. Primero un tal "heno de pravia" empezó a hacer de troll. Después vinieron otros. No queríamos cerrar el blog a usuarios de blogger porque con el panorama de entonces hubiéramos tenido que conformarnos con nuestros comentarios y los de los ricos terratenientes. Pero después del troll vinieron pequeños orcos, y luego duendes, y al final aquello parecía una bacanal en Orthanc.

La cuestión es que al final restringimos. Sin comentarios. O sea, que desaparecieron los comentarios. Algunos se mantuvieron fieles, pero poquitos, y por si fuera poco algunos trolls se hicieron cuentas en blogger y siguieron dale que te pego.

¿Os preguntáis qué es lo que escribíamos para causar tanta polémica?

Peter, tu turno.

domingo, 16 de diciembre de 2007

Yo soy Leonard

Ah, no.

Soy Peter, pero podéis llamarme Peter, Pete o burdégano.

Conocí a Leonard una fría mañana de agosto, en la modesta barbacoa que el bueno de Billy Bob organizó para celebrar la cena del solsticio de Acción de Gracias. Mientras pateaba la ristra de morcillas que minutos antes había preparado, su vivaracha figura se postró frente a mí. En cuestión de segundos comencé a admirar la facilidad, ciertamente inusitada, con la que conjuntaba complementos, incluyendo ese distinguido bigote que tantos problemas le trajo el día de su primera comunión, la media sonrisa y la media corbata. Desde ese momento, todos nuestros esfuerzos se unieron con un único objetivo: aquello que os conté hace un par de semanas, ¿recordáis?

Porque, como bien ha dicho mi compañero de endiablada cabellera castaña, nosotros teníamos un blog. Éramos sus dueños en cada una de las disciplinas que comprendía, todas ellas en castellano antiguo.
Era nuestra pequeña criaturita, el resultado de un cuidado sublime y horas de peluquería. El blog por sinécdoque.

Y pereció. Pero no seré yo el que relate lo que aquí tuvo lugar, la causa de esta alegre tragedia que tan hondo os conmovió.

Corrígeme si no me equivoco, Leonard.

No soy Peter

Hola amigos, soy Leonard, y por eso voy a hablaros de Peter en la primera entrada de nuestro blog conjunto.

Peter es un tímido ciudadano de Oklahoma. Fruto de esa experiencia, hemos discutido mucho acerca de quién debía redactar la primera entrada del blog.

(Flashback con cortinilla en zigzag)

Peter: debes redactarla tú.
Leonard: vale.

(Fin del flashback)

De Peter habló ya Pío Baroja en "La busca". Todos recordamos el pasaje en el que, al referirse al modo en que Peter maullaba, escribía:

"- El recuerdo, de pronto, nos muestra de una vez sus exactas fotografías... No; los recuerdos nunca son inocentes: irrumpen en el ahora, alegre o doloroso, con el mismo violento sigilo con que irrumpen en la vigilia los ensueños. De ahí que ningún instante feliz pueda ser olvidado. Quizá los escasos instantes felices de hoy sean el recuerdo del elixir embriagador -se echó a reír otra vez-, qué expresión más cursi, que fueron los instantes de ayer".

Y así proseguía, sucesivamente.

Pero ahora, niños, silencio. Prestemos todos atención. Parece que Peter quiere decirnos algo...